lunes, 30 de abril de 2012

Bad Religion I

   Almacén de barrio. Lugar adornado con juguetes a la vista colgando del techo. Toda clase de productos, bastante comunes, claro está. En las paredes, estampitas de Jesús pegadas: "Jesús te amá", "Dios es el camino", "Bendícenos Señor en este día", "Ama a tu prójimo", bla, bla, bla.

    La dueña es una señora de más de sesenta años, ferviente religiosa. Comparte su negocio con el hijo, al cual llamaremos "Roberto", resguardando su verdadera indentidad. Ni un gramo de cortesía. Indiferencia absoluta. Ella, nunca te da cambio, te lo devuelve con caramelos. ¿Y si juntara 150 caramelos que me da de vuelto, me los cambiaría por una Levité? Difícil que el chancho vuele (de un boleo tal vez).

    Típico día normal, soleado, sin nubes, sin viento. No me puedo quejar, estoy como quiero estar. Voy llegando al almacén, entro y espero mi turno. A los cinco minutos entra un nene de unos seis años supongo, con la cara sucia, la ropa bastante vieja y rota, el pelo cortado como con una motosierra, se acerca y pregunta:

-Señora, ¿Me da un sanguche (bien argento)?-
-No puedo, Roberto no está.
-Por favor señora, tengo hambre-
-No puedo, ¿Quién sigue?

Yo no.

martes, 24 de abril de 2012

Fracasos.

Me niego a callar la voz de la indignación que me genera la falsedad. Es increíble como para poder lograr ciertos objetivos uno tiene que falsear en algún momento de la vida. No hay forma en que este sistema no utilize a la falsedad como medio de tranporte al éxito. Si le caés bien al mandamás, al jefe, a la suegra, o a quien sea, lo lográs, pero para ello, debés ser falso en ciertas cosas. Desde acá, mi repudio a tal acto de bajeza. No voy a ser lo que usted quiera, jamás. Mientras en este mundo, para triunfar, se deba falsear, seguiré fracasando.

lunes, 23 de abril de 2012

Feeling.

La adrenalina es algo dificil de explicar. Corre como flecha por tangente, escapándose, y es imposible de alcanzar. Se entromete en tus venas y te hace temblar. Algunas veces, no te deja actuar ni pensar. Te paraliza, te somete, y te detiene. Otras veces te ayuda, te ayuda a hacer cosas que no te atreverías (muy de vez en cuando). El problema es que es adictiva. La necesitás. Un problema que no quiero solucionar.

lunes, 9 de abril de 2012

Musa.

"¡El infierno quema, quema!" dijo un poeta. Y si que quema (y arde), pero los soldados que le pelean a la vida constantemente saben que la mejor forma de curar una herida es quemarla. Es un dolor intenso y cruel, pero dura poco, luego queda la cicatriz.

Y tengo tantas... 4 meses después ya no duele nada. Quedó la cicatriz como huella que queda en la arena y se va borrando a medida que pasa el tiempo hasta el punto de perderse sin que nadie lo notase.

Leer otro blog me hizo bien (gracias che). Hay textos que inspiran, canciones que inspiran, sonidos que inspiran, y también hay sonrisas. Sonrisas que son musas.